Hay más de mi en un mundo encerrado.

Pues, yo te escribiré; yo te haré llorar. Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.

domingo, 13 de marzo de 2011

 Fue un momento en donde no entendí a la gente. Estaba viajando a Uruguay, viaje que se hizo de doce horas. Ni bien encaramos la ruta se podía notar la oscuridad de la noche y todo el espacio que nos rodeaba. Yo, sola, escuchando a mis amados Beatles, con mi cuaderno y lapicera en la mano buscando qué escribir, me entretenía mirando las lineas dibujadas de la ruta, hasta que al levantar la vista un poco más alto pude ver la razón de mi texto: las estrellas.
 Claro está lo cursi y sentimental que soy, pero en ese momento pude notar también, que nadie le dió importancia, todos corrieron las cortinas de sus ventanas y se echaron a dormir, desperdiciando el paisaje que tenían a su alcance, ignorando todas esas estrellas que bien quietas estaban tratando de decirnos algo. Bien está aclarar que era una noche única, bellísima, perfecta.
 Me sentí honrada y de a ratos quizá estúpida. Pude contemplar toda la noche aquellas luces y a una en especial, era enorme, rarísima y con un brillo único que ninguna de las demás estrellas tenía. Las admiré hasta el amanecer, cuando también me di cuenta de la hermosa imagen que nos perdemos cuando estamos durmiendo: el amanecer. Ver cómo y cuando nace el sol, ver cómo va creciendo de a poquito, cómo va iluminando cada cosa que nos rodea, es genial. En ese momento tenía ganas de despertar a todos y decirles: "¡miren! ¡miren! ¡miren cómo va iluminando de a poco con sus rayos de luz! ¡sientan cómo se siente el sol recién nacido en la cara!" pero supe que nadie me iba a entender y lo más probable es que me dejaran en medio de la ruta, no quise arriesgarme.
 Sólo me dediqué a contemplar, soñar y escribir el texto el cual sigue aguardando en mi cuaderno a ser revelado en alguna de éstas entradas, sin embargo, he aquí un texto hermoso, algo relacionado:



Veamos el cielo estrellado…˜ Ninguna de las estrellas siente esta sensación de ser…˜ Ninguna de las estrellas escucha en sí misma el murmullo “yo soy…˜ yo soy”…˜ Es únicamente el cielo el que siente en cada una de las estrellas su propia sensación de ser…˜ es únicamente el cielo el que escucha en cada una de las estrellas el murmullo de la afirmación de su propio ser “yo soy…˜ yo soy”…˜ Sin embargo…˜ debido a que es en cada estrella donde el cielo se siente ser…˜ identificándose a ella…˜ el cielo mismo exclama “yo soy esta estrella”…" y viendo a través de esa estrella que las estrellas son multitud…˜ acepta ser una más entre muchas…˜
Todo el conocimiento y la visión de sí mismo está en el cielo…˜ nunca en la estrella…˜ La estrella es como un ojo…˜ La visión reside en el ojo…˜ pero no es el ojo…˜ La visión ve y ve que ve por el ojo…˜ El ojo no ve por sí mismo…˜
Si queremos ver el cielo…˜ cerremos los ojos…˜ Lo que vemos dentro es también el cielo…˜ Este cielo interior se está viendo a sí mismo a través del órgano que es el estado nacimiento…˜ Pero el estado nacimiento no es quien siente la sensación de ser…˜ Quien siente la sensación de ser es este cielo interior en quien escuchamos el murmullo “yo soy…˜ yo soy”…˜
¿Qué es lo que queda cuando las estrellas no son?…˜ Ved el cielo estrellado…˜ ahora vedlo sin estrellas…˜ ¿qué es lo que queda?…˜
Queda el cielo…˜ ¿Y cómo es el cielo?…˜ ¿Está realmente vacío?…˜ Mirad dentro de vosotros mismos y veos cuando la sensación de ser no era…˜ ¿Qué es lo que era cuando la sensación de ser no era?…˜ ¿Estabais realmente vacíos de vosotros mismos?…˜ ¿O sólo estabais vacíos de este estado nacimiento?…˜
Ninguna estrella brillaba en el cielo…˜ ¿Cómo veis que es este cielo cuando no brillaba ninguna estrella?…˜ ¿Podéis vaciarlo de sí mismo?…˜ ¿Podéis desalojarlo de sí mismo?…˜ ¿Dónde empezaba este cielo?…˜ ¿Quién lo sostenía?…˜ ¿Cuánto de este cielo ha hecho desaparecer la desaparición de la totalidad de las estrellas?…˜
Ahora este cielo no se sabe ser…˜ no hay en su seno ningún estado nacimiento que le haga sentir “yo soy…˜ yo soy”…˜ ¿Qué le falta a este cielo de sí mismo?…˜ ¿Cuánto de sí mismo no está con él cuando el estado nacimiento no es?…˜ ¿Qué queda de este cielo cuando las estrellas ya no son?…˜ ¿Cuánto de este cielo era…˜ cuando ninguna estrella era?…˜
No tenemos que imaginar ningún cielo exterior…˜ El Cielo de nuestro propio estado eterno es inmediatamente accesible a nosotros…˜ Somos nosotros…˜ el Cielo del estado eterno…˜ quien está sintiendo su propia sensación de ser…˜ El nacimiento es como una estrella que luce en nuestro seno…˜ Somos nosotros quienes la vemos lucir…˜ somos nosotros quienes sentimos que nosotros somos…˜ El nacimiento por sí sólo no conoce…˜ no sabe…˜ no siente…˜ Es el cielo de nuestro verdadero estado real quien conoce…˜ quien sabe…˜ quien siente…˜ Se siente ser…˜ sabe que él es…˜ Luego viene la identificación al nacimiento…˜ Nosotros perdemos el sentido de la realidad…˜ y creemos que es el nacimiento el que se siente…˜
Pero siempre podemos volver en sí…˜ Nuestro verdadero ser real espera nuestras preguntas…˜ No es una proposición correcta preguntarnos “¿para qué estamos aquí?…˜ ¿para qué hemos nacido?”…˜ La proposición correcta es preguntarnos “¿para qué está este nacimiento aquí?…˜ ¿para qué ha aparecido este nacimiento en mí?”…˜
Uno se ve entonces…˜ instantáneamente…˜ como uno es…˜ Uno se ve como uno es cuando el nacimiento no es…˜ Se ve a sí mismo como el cielo…˜ No hay lugar ni tiempo donde el cielo no sea…˜ Una inmensa serenidad que se conoce a sí misma…˜ silente…˜ eterna…˜ el abrazo maternal que alimenta a todas las estrellas…˜ el abrazo maternal que reabsorbe todos los nacimientos…˜

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