Hay más de mi en un mundo encerrado.

Pues, yo te escribiré; yo te haré llorar. Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.

domingo, 30 de octubre de 2011

You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one.

¿Qué tal si empezamos  a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:
el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;
la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;
el televisor dejará de ser el miembro más importante de la  familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;
la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;
se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;
los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;
los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;
la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;
la muerte y el dinero perderán sus mágicos  poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;
nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;
el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
nadie morirá de hambre, porque  nadie morirá de indigestión;
los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;
los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;
la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;
una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;
en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;
la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ("no cometerás actos impuros") ordenará «Festejar el cuerpo»;
la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;
serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma; 
los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;
seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.


El derecho a soñar, Eduardo Galeano.

Los Nadie.

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los Nadie con salir de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los Nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los Nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los Nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los Nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.




Los Nadie, Eduardo Galeano.




Ilustración: Liniers.

sábado, 8 de octubre de 2011

Capitalismo mode on.

Mundo en el que es mejor tener que ser. Para ser más explícita: mientras más tengas, más sos. Ya no importa qué tipo de persona seas, qué tipo de gustos tengas, si sos generoso, si te gusta ayudar, o sólo si sos bueno o sabés querer con corazón y alma. Lo único que parece importar son las cosas materiales, es el dinero. Por eso, cuando digo que es mejor tener que ser me refiero justamente a eso: mientras más dinero tengas, tenes más poder, y mientras más poder tengas, más "persona" sos. Sin embargo, esas grandes personas, esas que tienen un gran poder en sus manos y unos cuantos papeles verdes en sus bolsillos, son los menos interesados en ayudar a la comunidad (ya que el hombre es ambicioso cuando sabe que puede tener más de lo que tiene en ese momento, y no para hasta conseguirlo).
 Lo que no logro entender es el porqué de la jerarquía en cualquier cosa que hagamos. Siempre hay uno en la cima dominando a los demás. No sé porqué existe el dinero, el negocio, el comercio, los precios. No sé porqué desvaloramos tanto el suelo que nuestros pies tocan todo el tiempo. No sé porqué no se piensa en la igualdad en vez de la comodidad de uno solo. No sé porqué se tiene a las demás personas como objetos. No sé porqué...
 El mundo es nuestro; la tierra, el agua, el cielo. Siendo el hombre tan inteligente como para producir todas las cosas que hoy en día podemos conseguir, no es capaz de razonar y optar por una idea como ésta.
 ¿Qué mas lindo que la paz, la armonía entre nosotros, la igualdad en cualquier tipo de condición?
 Es sabido que el mayor poder del hombre es el amor, ya que por él hasta es capaz de matar. Entonces, ¿por qué no nos quedamos con ese poder para poder vivir en paz? Siendo así, se evitarían miles de problemas que hoy en día se sufren.
 No sé, son cosas con las que sueño... debería dejar de ser tan ilusa.



Imagine all the people living life in peace.