Hay más de mi en un mundo encerrado.

Pues, yo te escribiré; yo te haré llorar. Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.

sábado, 7 de mayo de 2011

Nunca voy a poder tener el papel de rebelde. Nunca voy a ser aquella persona egoísta a la que todos ya conocen su carácter, entonces acceden a cada cosa que proponga porque de lo contrario.. ya saben. 
 No, nunca voy a hacer así. Siempre voy a tener que estar apegada a mi libreto, ese de nena buena, ese que en un momento me cansa, ese que nunca me voy a poder sacar de encima. No me da la cara para ser la mala, para ser aquella persona que no piensa en los demás más que ella misma, esa que a pesar de todo el daño que causa a su alrededor, es feliz.
 Debo admitir que a veces ruego por ser así: por no pensar más en las personas que no piensan en mi, por ser egoísta y pensar sólo en mi felicidad y en cómo lograrla, en pensar que no hay nadie más importante que yo misma, que mi vida la vivo yo y no los demás. Pero no, no puedo; siempre pienso en los demás antes que en mi, siempre pienso en las cosas que hago o no hago y cómo perjudico a mi ambiente, siempre me callo para no herir, siempre me aguanto para no hacer llorar.. siempre me cago en mi.
 Todavía no entiendo por qué soy como soy, por qué sigo al lado de tanta gente que me falló más de mil veces, por qué sigo haciendo favores a gente que ni siquiera fue capaz de devolver uno, por qué soy tan leal con la gente que no se lo merece, por qué ayudo a aquellos que no lo hacen, por qué me preocupo por los demás si nadie se preocupa por mi. Pareciera después de esta descripción que soy una persona buenísima, pero no lo soy; soy horrible en todos los sentidos, y no tendría que ser así, pero nunca voy a entender tampoco, por qué la gente es así conmigo después de todo lo que doy.

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