Hay más de mi en un mundo encerrado.

Pues, yo te escribiré; yo te haré llorar. Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.

martes, 14 de febrero de 2012

"Wish me a happy Valentine's day when you call.. that'd be nice!"

 ¿Por qué nos interesamos tanto en un día creado para vender flores maltratadas, peluches con carteles cursis, bombones que estuvieron almacenados largo tiempo, o tarjetas de "Feliz San Valentín" cuando en Argentina se dice "día de los Enamorados"? ¿Por qué nos duele estar solos en esta fecha si lo estamos todo el año?
 El catorce de febrero es el día en el que todos se demuestran "amor" (Atención: cuando digo todos me refiero a las parejas, y con las comillas en amor, me refiero a cariño). En realidad, no sé ni por qué es el catorce y no el veintiocho, o el trece, dieciséis, dieciocho, veinticuatro, etc.; nunca supe su origen.
 Sólo sé que la gente se confunde en este día para hacer cosas que nunca hace, así como con los cumpleaños, navidades, fines de año, etc., motivados por esa fecha hasta para correr riesgos. También es el día en el que todos quieren tener a "ese alguien" a su lado para decirte cuánto lo aman/ cuánto lo quieren/ cómo cambió su vida desde que están juntos/ etc. o, quizás, aprovechan este día para notificarles: "sos el amor de mi vida". Y ahí es cuando me toca intervenir. Es decir, ¿cómo puede uno saber que la otra persona, con la cual está compartiendo una relación, es "el amor de su vida" si todavía su vida no terminó?. Quizás soy yo que nunca tuve la oportunidad de enamorarme y no sé qué se siente ni qué produce el enamoramiento, o las frases trilladas que te hace decir.
 Sí, yo quiero un amor para toda la vida. Yo quiero una persona con la que me comprenda, me/lo ame y me/lo acompañe hasta nuestra vejez. Pero creo que con diecisiete años, más una personalidad variante, unos celos enfermizos, una inseguridad monstruosa, no la puedo conseguir.

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