Hay más de mi en un mundo encerrado.

Pues, yo te escribiré; yo te haré llorar. Mi boca besará toda la ternura de tu acuario.

jueves, 12 de enero de 2017

Otra noche de insomnio, y van...
una vez me dijo que escribir ayuda a ordenar los pensamientos. mas bien creo que no se refería a los pensamientos relacionados al corazón, sino los de su campo. sin embargo, apropiándome de esa idea que ya era mía desde mi infancia, sigo tomando a la escritura como la única que pueda llegar a hacer dormir... en este caso.

Mi independencia es casi sinónimo a soledad. Pero en realidad es solo la luz que la ilumina en el medio del escenario mientras la oscuridad no nos deja ver el resto. Ahí está, ella y yo, solas en el mundo.

A veces creo que estoy predestinada a seguir varios años mas llorando por los rincones por sentirme tan sola, tan vacía, tan... eso que una siente en estos momentos. Luego, analizando bien la situación, me llego a dar cuenta que la soledad también es una decisión. Y justo ahí es cuando me odio más.

De todas maneras, ¿qué otra puedo hacer?

La madrugada me invita a acompañarla. Me tome la cerveza y el helado, me comí un par de chocolates de la heladera y aun estoy peleando con los ojos cansados pero no resignados a cerrarse por un par de horas. ¿Tanto les cuesta?

Ordenar los pensamientos,  A eso iba,

Estem,,,,

Para ordenar los pensamientos primero tengo que enumerarlos. Sin embargo, cuando busco qué es lo que puede atormentarme a tal punto de no dejarme dormir, no se me ocurre más que su nombre. Maldito nombre.

Y eso ya me quita las ganas de escribir.

Quiero empezar por lo básico, que eso justamente es lo que estoy siendo yo: mina básica.

Siempre detesté las actitudes a las que -gracias sociedad patriarcal- denominaba "de minita": celos infundados, histeria por demás, persecución innecesaria para encontrar cosas que una no quiere saber. Y así soy ahora.
Si bien siempre me costó cerrar algunas cosas, o fui de lágrima fácil cuando llegaban a tocar mi helado corazón, esto es algo que arrastro hace años -siempre de maneras distintas- como una cruz enorme que no me deja avanzar. No soy la hija de Dios que, con la intención de salvar a todos, carga la cruz mientras lo miran y algunos sufren y otros disfrutan. En mi caso soy una pobre mina, enamorada hasta la médula, que fue eligiéndose el tipo de madera que iba a cargar, el ancho de esta, le agregó un par de cositas y salió al trote. A mi alrededor no hay nadie sufriendo mi dolor; al contrario, todos sospechan el por qué de esa carga y se ríen, gozan y se regocijan pensando "y sí... era tan obvio".

Y no. Nunca fui obvia. Siempre fui una buena piba que ocultaba absolutamente todo lo que sentía y a veces lo que pensaba. A cara de piedra o mejor dicho de pocker, me bancaba todo lo que me dijeran de mi, de aquel y de el que me afectara.

Sin embargo, con el paso del tiempo las cartas se van poniendo feas, rotas y muchas veces ilegibles. Entonces mi cara de pocker ya no era tan creíble.

Me cansé. Siempre tengo que llegar a tope para poder decir algo. Mastico, mastico, mastico y luego escupo. Estoy llena.

Y ahí, justo ahí, en el momento en el que me decido hablar pensando que todo es una obviedad pero que tengo que expresarlo para conseguir una respuesta, cualquiera sea esta, resulta que fui muy eficaz en mi disfraz.

"O estás loca o pasaste todo el año guardándote esto". Hello! qué tan poco me conocés? claro que lo correcto son las dos cosas. Estoy loca, o me volvió loca, y paso ya varios años ocultando todo.

"vos no podés seguir así, tenes que decirle a todo el mundo". Y no. Al principio me escudaba con que era mejor no decir nada para cuidarlo a él. Después me di cuenta que era por mi que no lo digo. No quiero ser una minuta más del montón. No quiero ser un numero más en la lista que todos los muchachos arman orgullosos. Yo quiero ser especial, quiero ser única, quiero... y no puedo, no lo consigo, no lo soy.

Intente de varias formas que me dijera algo. Pidiéndole ayuda, bajándome el autoestima para que el me contradiga, haciéndome la loca que deja todo... y sin embargo nada. De todas maneras ya no sé si creo en sus palabras... por lo menos no en las sentimentales. No creo ser alguien especial en su vida ni que el no quiera convertirme en un recuerdo. No creo que me quiera como yo el. No creo que me piense al menos cinco veces al día, o tres, o una.

Estoy. Eso si lo sabe. Y voy a estar... eso lo sabemos ambos. Entonces, ya con eso, el afloja. "es una cuestión de tiempo" dice él que no piensa en los años bancándome el insomnio. "hay que desensillar hasta que aclare", y tantas otras cosas mas... y sin embargo lo veo ahí, provocando, siempre provocando a todas. Y me entero. Soy como mi gran verduga. Sonrío mientras me entero de cosas horribles que me hacen mal al corazón,

Insoportable. Esto, mi estado, mi insomnio, la noche y la tele que no me ayuda.

Ya ni siquiera me gasto en escribir una entrada con sentido o en resaltar frases o palabras. 

No creo haber ordenado mis pensamientos, fue mas bien una catarsis o un vomito de algo de lo que llevo dentro.

Necesito dormir. Trataré nuevamente.

No hay comentarios: