Para todos los que sufren, para los que no pueden dormir; para los que están tan solos que no saben dónde ir; para los que sienten miedo, los esclavos del terror; para los que noche a noche se arrodillan y encomiendan a algún Dios: ¡No, señor! el infierno, ése del que hablás vos, no es peor que esta falta de amor. Y las sombras en la calle se agigantan construyendo una noche más larga.
Para los que están perdidos y ya no pueden volver; para todos mis amigos y para los que no me pueden ver; para los hijos de puta que nos niegan la verdad; para las almas sensibles de esta pálidad ciudad: ¡No, señor! el infierno, ése del que hablás vos, no es peor que esta falta de amor. Y las sombras de la calle se agigantan construyendo una noche más larga.
Y que nadie me diga que no entiende lo que estoy diciendo; que nadie me diga que no ve que nos estamos yendo; que nadie me diga.. que ya no me quiere más.
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